This site uses cookies.
Some of these cookies are essential to the operation of the site,
while others help to improve your experience by providing insights into how the site is being used.
For more information, please see the ProZ.com privacy policy.
Freelance translator and/or interpreter, Verified site user
Data security
This person has a SecurePRO™ card. Because this person is not a ProZ.com Plus subscriber, to view his or her SecurePRO™ card you must be a ProZ.com Business member or Plus subscriber.
Affiliations
This person is not affiliated with any business or Blue Board record at ProZ.com.
Services
Translation, Interpreting, Editing/proofreading, Training
Expertise
Specializes in:
Aerospace / Aviation / Space
Biology (-tech,-chem,micro-)
Education / Pedagogy
Government / Politics
Computers: Software
IT (Information Technology)
Linguistics
Medical (general)
Gaming/Video-games/E-sports
Military / Defense
Rates
Spanish to English - Standard rate: 0.05 USD per word / 30 USD per hour English to Spanish - Standard rate: 0.05 USD per word / 30 USD per hour
Spanish to English: Social presence in distributed group environments: the role of social identity General field: Social Sciences Detailed field: Psychology
Source text - Spanish Behavior and Information Technology, Vol 24, No. 2, March - April 2005 151 - 157
Translation - English Comportamiento &Tecnologías de la Información, Vol. 24, No. 2, Marzo-Abril 2005, 151 - 158
Presencia social en ambientes grupales distribuidos: El papel de la identidad social
P.ROGERS* y M. LEA
Departamento de Psicología, Universidad de Manchester, Manchester M13 9PL, Reino Unido
Este documento argumenta que, para lograr presencia social en un ambiente distribuido, no es necesario emular las condiciones de los encuentros cara a cara, los cuales poseen tintes elevados hacia lo interpersonal. Más bien, se discute, que es posible conseguir un sentido de pertenencia hacia el grupo, o inmersión perceptible en el grupo; por medio de la creación de una identidad social compartida, entre los miembros del grupo. Desde esta perspectiva, la presencia social es una función de la representación cognitiva del grupo, por los miembros del grupo y no, los lazos interpersonales entre los miembros del mismo. Inclusive, las características específicas del diseño, y del ambiente de aprendizaje distribuido se pueden utilizar para alcanzar y mantener esta identidad compartida del grupo. Este enfoque, encapsulado por el modelo psicológico de “modelo de los efectos de la pérdida de la individualidad, en la identidad social”, por su sigla en Inglés SIDE, es discutido y apoyado por dos estudios de caso, pertenecientes a dos estudiantes distribuidos, el cual consiste de 10 grupos, los cuales colaboran en proyectos grupales, por un período de 5 semanas.
1. El concepto de presencia.
La presencia, aún definida ampliamente como el sentido de ‘estar ahí’, en un ambiente mediado, se puede conceptualizar de varias maneras. Por supuesto, la presencia puede ser descrita como un concepto multidimensional (Lombart y Ditton, 1997), identificando un juego de por lo menos, seis conceptualizaciones distintas, encontradas en la literatura (ej. Presencia como realismo, inmersión, transportación, etc.). Sin embargo, estas conceptualizaciones multidimensionales; pueden ser agrupadas dentro de dos amplias categorías --- Presencia social y presencia física (Jisselstein y colaboradores, 2000). La categoría física se refiere al sentido de estar ubicado físicamente en algún lugar, e implica que el medio parezca invisible, mientras que la categoría social se refiere al estar y comunicarse con alguien, con la implicación de que el medio parece transformarse en una entidad social. Es de importancia que, los antecedentes necesarios para establecer estas dos formas de presencia, no necesariamente son los aspectos de la comunicación. Es posible que se pueda experimentar presencia física, sin un nivel correspondiente de presencia social y de la misma forma, uno pueda experimentar presencia social, en la ausencia de presencia física. Se sugiere que aunque la distinción entre presencia social y física, se realiza con frecuencia, éstas son tratadas en todo caso como sinónimos, o por lo menos como cercanamente ínter-dependientes.
• Autor del presente texto. Correo electrónico:
Mientras hay indudablemente similitudes entre la presencia social y física, se argumenta que su división es útil, para decidir mejor, la forma de presencia adecuada que puede informar el diseño del sistema, que resulte en los resultados deseados, a partir del uso de la tecnología mediada. Además, se sugiere que la partición entre la categoría física y la social, permite una re-conceptualización de la presencia social, la cual tiene consecuencias significativas, para la representación de grupos, en ambientes mediados por un computador, o virtuales. Una de las primeras y más influyentes teorías, en cuanto al asunto de la presencia, fue el modelo social desarrollado por el Grupo de Estudios de la Comunicación, en el University College de Londres, (Short y colaboradores, 1976). Aunque el modelo, no estaba aplicado directamente a la comunicación mediada por computadoras, sino hacia el teléfono y los enlaces de audio y video; ha tenido un impacto de grandes proporciones, en muchos de los enfoques actuales, en cuanto a la presencia. El modelo sugiere que el factor crítico en un medio de comunicación es la ´presencia social`, definida como una cualidad subjetiva del medio, La presencia social se concibe como el grado de contacto interpersonal, que un medio permite
y está relacionada cercanamente a los asuntos de `intimidad´ e ´inmediatez`. En una serie de estudios iniciales, distintos medios de comunicación fueron posicionados, con respecto a su ´presencia social`. La comunicación cara a cara obtuvo el puesto más alto, con una disminución en la ´presencia` de la televisión, teléfono y, por último, las cartas de negocios. La comunicación mediada por computadoras, cuando se trata sólo de texto; ocuparía una posición relativamente baja en este contexto; en alguna posición entre las cartas de negocios y el teléfono (Spears y Lee 1992), mientras que los ambientes de realidad virtual, ocuparían una posición relativamente alta.
La presencia social, ha sido típicamente caracterizada por dimensiones tales como: fría – tibia, insociable – sociable, e impersonal – personal en distintos estudios de investigación (Short y Colaboradores 1976). Además, durante los primeros estudios, la dimensión personal – impersonal estaba correlacionada positivamente, con artículos diseñados para ayudar a la presencia social. Entonces, no resulta sorprendente que los medios con tendencia baja en presencia social, fuesen vistos como menos ´sociales`. Continuando, el modelo predice que los medios con presencia social alta, conducen más a la influencia social, (él proceso mediante el cual, actitudes y comportamientos son moldeados por otros), mientras que aquellos con presencia social baja, corresponden a una menor influencia social. En todo caso, estudios encaminados a probar esta predicción, encontraron que la influencia y actitud cambian, siguiendo un patrón directamente contrario a lo pensado en esta hipótesis (Short 1994). La influencia social parecía de hecho ser fuerte, bajo condiciones en las cuales la presencia social era baja. Aunque esto debilita la viabilidad de este modelo, ha sido aplicado en todo caso, a análisis recientes de la comunicación mediada por computadoras, (Rice y Love 1987, Kiesler y Sproull 1992, Rice 1992, Monk y Watts 2000).
El precepto básico del modelo de presencia social es, que la presencia social y por tanto, la influencia social, en ambientes de comunicación mediados por computadoras, se restringe a la extensión en que el contacto personal está situado dentro del ambiente, por ejemplo; lo social es igual a lo interpersonal. Esta suposición ha sido subsecuentemente la base para teorías posteriores de la influencia social en ambientes mediados, por ejemplo, el modelo sin herramientas (Rutter 1984, 1987) y, el enfoque de herramientas sociales reducidas (Kiesler y colaboradores 1984, Kiesler 1986). Lo que se asume es, que los ambientes mediados por computadoras (de sólo texto), no permiten la comunicación de herramientas de comunicación no-verbales, tales como gestos o expresiones faciales, las cuales tienen un impacto en la comunicación interpersonal cara a cara. Estos medios son menos sociales y por lo tanto permiten una menor presencia social. De hecho, muchos críticos al respecto, han encontrado grados bajos de presencia social, en ambientes mediados por computadoras (ej. Choon - Ling 2002). Esta posición, de alguna forma intuitiva, lleva a la conclusión de que para que los ambientes mediados por computadoras, o virtuales puedan alcanzar presencia social, se debe maximizar el número de herramientas visuales y auditivas; para entonces intentar emular la comunicación cara a cara. De hecho, Greenberg (1998, 246), afirmó que ´los espacios de trabajo virtuales o electrónicos, deben emular las posibilidades de los espacios de trabajo físicos, si piensan apoyar la forma natural en que un grupo trabaja junto`. De manera similar, Lombard y Ditton (1997), afirmaron que el número de canales de salida sensorial, son un factor importante a la hora de generar un sentido de presencia. De igual forma, Jisselstein y colaboradores (2000), sugirieron que a medida que la tecnología alcance progresivamente las herramientas de la comunicación no-verbal, la presencia social aumentará. La ecuación de la presencia física y social, se encuentra implícita en estos intentos por imitar la comunicación cara a cara; por ejemplo, la comunicación cara a cara asegura la presencia física, la cual encierra interacción personal y en esta medida, presencia social.
A pesar de lo anterior, sería cínico, llegar a la conclusión de que todos quienes comentan alrededor del tema de la presencia, se unen a la visión determinista, en la cual, el uso de tecnologías que permitan una emulación más cercana a la comunicación cara a cara, necesariamente resultarán en una mayor presencia social. Por ejemplo, en la discusión de los ambientes de aprendizaje virtual, Mantovani y Castelnuovo (2003) concluyeron que, aunque un sentido de presencia haga que las experiencias de aprendizaje sean comprometedoras y relevantes, no se hará siempre necesario el uso de la solución más altamente técnica. Además Cotton y Mantovani (2003), consideraron una mayor importancia del contexto social y ´bases comunes, en los ambientes de aprendizaje virtual. Sin embargo, la corriente de investigación hacia la presencia, continúa tratando de emular las interacciones cara a cara, y por lo tanto, sostiene la creencia de que para alcanzar presencia social, se debe tener también presencia física. Esto, lo cual se discute a continuación, ocurre debido a la presunción de equidad entre lo social y lo interpersonal; una ecuación que no siempre resulta ser la más apropiada.
2. Presencia y SIDE
El SIDE, por su sigla en inglés “modelo de los efectos de pérdida de la individualidad, en la identidad social” (Reicher y colaboradores 1995, Spears y Lee 1992, 1994), es crítico en la presunción de que la interacción personal es necesaria, para que ocurra presencia social. De hecho, la falta de herramientas no-verbales, en ambientes mediados por computadoras puede más bien aumentar, en vez de disminuir la presencia social en contextos grupales.
El SIDE es desarrollado desde la teoría de la Identidad Social (Tajfel 1978, Tajfel y Turner 1986) y el trabajo cercanamente relacionado, de la teoría de la Auto-Categorización (Turner 1982, Turner y colaboradores 1987). De acuerdo a esta perspectiva teórica, los individuos tienen varias capas del ´ser`, que incluyen no sólo una identidad personal, sino también un rango de identidades sociales posibles. Además, cada identidad social proporciona información sobre el grupo social, lo que es típico para el grupo y las normas comportamentales, asociadas con este. Por ejemplo, varias características están asociadas con grupos, tales como equipos deportivos, grupos de trabajo, y afiliaciones de género. Cada situación grupal presenta una identidad social distinta, con normas asociadas y, en cualquier momento dado, una identidad social particular; o la identidad personal puede sobresalir. Incluso, el contexto social es un factor crucial, al determinar la exaltación de categorías sociales. Consecuentemente, es más probable que un individuo actúe, de acuerdo con la identidad sobresaliente del momento. Desde esta perspectiva, el grupo existe dentro del individuo, como una representación cognitiva, en vez de que el individuo exista dentro del grupo externo. Por lo tanto, la representación cognitiva del grupo, contiene información en cuanto al grupo y sus normas asociadas.
Dado lo anterior, el enfoque de la identidad social; argumenta que la ausencia de herramientas sociales que atañen al contacto interpersonal, no necesariamente implica una ausencia de herramientas sociales per se (Spears y Lea 1992). La comunicación de la información de la categoría social, puede no ser tan sensible, a la riqueza de la información en un ambiente virtual, como lo es la transferencia de la información interpersonal. Las herramientas en cuanto a la membresía de las categorías sociales, pueden de hecho ser muy fácilmente comunicadas. Por ejemplo, la información textual, suministrada en los encabezados del mensaje; pueden proporcionar información categórica en cuanto al género y etnia (frecuentemente desde su nombre), o afiliación e intereses de la organización. El grupo virtual tendrá también un propósito en su comunicación. Este propósito común puede formar las bases de una identidad social compartida. La exaltación de herramientas categóricas, con connotación de identificación, es entonces, hasta cierto alcance, independiente a las herramientas interpersonales, que se encuentran ausentes en muchos de los ambientes mediados por computadoras. En vez de que el grupo se reduzca a un juego de conexiones particulares entre miembros del grupo, el grupo existe dentro del individuo, como una representación cognitiva y por tanto, el sentido de pertenencia hacia un grupo, o identificación particular con un grupo, puede ocurrir en ambientes con relativamente pocos canales sensoriales. Esta identificación con un grupo, resulta en una inmersión perceptual dentro del grupo, lo que permite al medio convertirse en una entidad social y, por tanto, llegar a la presencia social.
El modelo SIDE, argumenta que en situaciones donde la transferencia de información personal o individual es limitada, se puede aumentar la exaltación de una identidad social relevante. Factores tales como la falta de herramientas dentro de ambientes virtuales, pueden entonces reforzar la exaltación del grupo y de este modo, su presencia social. De este modo, los individuos no necesitan estar físicamente presentes en el grupo, o intercambiar información interpersonal, para poder sentirse parte del grupo, o para que el grupo tenga una influencia real en el comportamiento de cada individuo. Por el contrario, los integrantes simplemente necesitan categorizarse en términos de la identidad social (grupo) en vez de su identidad personal. En términos de la teoría de la auto categorización; en vez de definir la situación en términos interpersonales, (´yo` vs. ´otros`), el ser y sus compañeros de comunicación, pueden incluirse más probablemente en una categoría social compartida (´nosotros`), lo cual los lleva a concentrarse en similitudes compartidas, y no, en sus diferencias. En otras palabras, el ser y otros se despersonalizan en miembros del grupo, intercambiables categóricamente, en vez de ser vistos como individuos distintos, y por tanto, la identidad social compartida tiene una influencia incrementada en el comportamiento. Sin embargo, este proceso resultará únicamente en presencia social incrementada si la identidad social sigue siendo exaltada. Una identidad personal exaltada, puede de hecho debilitar la identidad grupal compartida.
El modelo SIDE ha sido probado empíricamente en varios contextos, incluyendo conferencias computarizadas y vídeo conferencias. Por ejemplo, Lea y colaboradores (2001) investigaron el refuerzo de comportamiento normativo, en ambientes mediados por computadoras, bajo condiciones anónimas. Los efectos de la identificación con base en el grupo, en atracción con grupos dispersados que interactuaban bajo condiciones de anonimato visual, o condiciones identificables en vídeo, resultaron específicamente interesantes. En la condición de anonimato visual, la comunicación estaba basada en texto y, en la condición visualmente identificable, este se veía asistido por un vídeo silencioso, en tiempo real, de doble sentido. Bajo condiciones anónimas, la identificación en términos del grupo, y la atracción hacia el grupo, se vieron incrementadas. A través del uso de análisis de diagramas de flujo, se mostró que el anonimato visual aumentaba la identificación con base en el grupo, lo cual a su vez, aumentaba la atracción hacia el mismo. Entonces, el hecho de que los miembros del grupo sintieran gran pertenencia hacia el grupo, bajo condiciones reducidas de herramientas visuales, tiene implicaciones importantes, para el diseño de la ´presencia` en ambientes virtuales. Si el resultado esperado de la presencia social, es conferir mayor capacidad de comunicarse y colaborar dentro del grupo, entonces el grupo trabajará más productivamente; en el grado en que los miembros del grupo se identifiquen dentro de este, haciéndolo más cohesivo. El grupo entonces, tendrá una mayor influencia sobre sus miembros. Las investigaciones del modelo SIDE han demostrado, que ocurre una mayor adherencia a las normas del grupo y su influencia social, en los grupos mediados por computadoras, en los que la identidad social compartida es sobresaliente (Ej. Lea y Spears 1991, Postmes y colaboradores, 2000). Además, se sugiere que para que el individuo, miembro de un grupo se motive a trabajar para el mismo, su identidad sobresaliente debe corresponder con la identidad de dicho grupo (Haslam 2001). En otras palabras, es la identificación social con el grupo, o un sentimiento de presencia social, lo que representa la motivación en el comportamiento de un grupo.
En resumen, si los aspectos sociales de la comunicación, se reducen simplemente a la suma de lazos interpersonales, dentro de los miembros del grupo, entonces para conseguir presencia social, será necesario aumentar las herramientas hacia lo interpersonal y por tanto, emular la comunicación cara a cara. Sin embargo, si el aspecto social equivale a una identificación social compartida, que representa las normas del grupo, entonces la presencia social puede existir en ambientes en que existen pocas herramientas interpersonales. De hecho, los ambientes ricos en información interpersonal, pueden llegar a debilitar la identidad del grupo y terminar en pérdidas en el proceso colaborativo del grupo (Lea y colaboradores, 2002).
3. La presencia en ambientes grupales distribuidos
Desde un enfoque tradicional, el mecanismo por el cual la presencia social y cohesión del grupo serían motivados, dentro de un ambiente grupal distribuido, sería la maximización de la comunicación interpersonal entre individuos, lo cual llevaría a concentrarse en la identidad personal de los miembros del grupo. En este extremo, se sugiere que se deben maximizar las herramientas visuales disponibles, a través del uso de tecnologías, tales como vídeo conferencias, o realidad virtual. Alternativamente, en ambientes menos sofisticados, tales como los sistemas mediados por computadoras, predominantemente de texto, el despliegue de la información biográfica de los miembros del grupo, incluyendo fotografías, es motivado, para de tal modo personalizar el ambiente virtual. Es más, una tarea inicial de los grupos distribuidos, es usualmente el “romper el hielo”, en donde los miembros del grupo intentan, conocerse unos con otros; antes de comenzar a trabajar juntos.
Desde una perspectiva de identidad social, sin embargo, los miembros del grupo que se unen para comunicarse y colaborar en un ambiente virtual distribuido, traerán a la colaboración, una variedad de posibles identidades. Estas podrían incluir las relacionadas con su género, afiliación a una organización, nacionalidad, e intereses laborales, así como su identidad personal y la identidad relacionada con el grupo de colaboración virtual. En vez de concentrarse en la identidad personal, se sugiere que para facilitar la presencia social, la identidad social compartida, relacionada con el grupo virtual, debe sobresalir, o exaltarse. De esta forma, los objetivos, prioridades, y normas del grupo colaborativo, se convertirán en aquellas a las que los miembros del grupo, se adhieran más probablemente; en vez de aquellas en las que puedan existir identidades conflictivas. Además, la falta de herramientas comunicativas hacia lo interpersonal (cara a cara) no será una barrera para la formación de un grupo cohesivo, con un fuerte sentido de presencia social. Hay una cantidad de formas en que la identidad del grupo colaborativo se puede volver sobresaliente. Por ejemplo, en vez de la tarea tradicional de “romper el hielo”, la primera reunión del grupo, podría tomar lugar bajo condiciones anónimas. Esto significará, que toda la información personal de los miembros del grupo, será protegida, para que las únicas herramientas para la membresía a la categoría, sean las que conciernen al grupo de colaborativo actual. El correo electrónico de una persona, puede incluso mostrar una variedad de identidades, incluyendo el género, nacionalidad y afiliación a organizaciones. El ocultar estas indicaciones de las comunicaciones iniciales del grupo, servirá para enfocar la atención hacia los objetivos y normas del grupo colaborativo. De hecho, en un estudio realizado por Rogers (2000), grupos desempeñaban una tarea colaborativa, comunicándose a través de un ambiente mediado por computadora, basado en texto. Los grupos eran por un lado anónimos y por el otro, identificables por medio del nombre completo de sus integrantes. Se demostró que, los miembros del grupo en la condición anónima, reportaron un mayor grado de identificación, o pertenencia hacia el grupo colaborativo, que aquellos que eran identificables dentro del grupo, por su nombre. Entonces, en la condición anónima, el grupo colaborativo sobresalía, mientras que el ser y otros se despersonalizaban dentro de miembros del grupo intercambiables categóricamente, en vez de ser vistos como distintos individuos.
Por supuesto, no es nada práctico mantener el anonimato entre los miembros de un grupo por cualquier cantidad de tiempo. No se sugiere tampoco, que la comunicación interpersonal, o lazos entre los miembros del grupo deba ser desmotivada, de por sí. Estos son desarrollos naturales dentro del grupo y por supuesto, dentro de la comunicación humana. Además, no viene al caso, que los grupos deberían consistir de miembros homogéneos, que muestran poca o inexistente diferenciación intergrupal. La diferenciación del papel de los miembros de un grupo, es parte integral del trabajo colaborativo y es esencial para el funcionamiento apropiado del grupo. En todo caso, el enfoque durante el desarrollo del grupo, debe ser en la identidad compartida del grupo, la cual lo une. De esta forma se asegura, que cada miembro del grupo mantenga la representación cognitiva del grupo, exaltada en su mente. Una técnica para establecer la exaltación del grupo, es a través de comparaciones intergrupales apropiadas. Esto se basa en el enfoque de la identidad social, que considera que el análisis de grupos se encuentra incompleto, si no se reconoce el hecho de que el grupo interior, no puede existir sin grupos exteriores y, que el grupo interior se define en términos de su relación con el grupo exterior (Tajfel 1978, Hogg y Abrams 1988). La comparación también ayuda a debilitar categorías alternativas de identificación, a través de un procedimiento de antagonismo funciona (Turner 1985). Procedimientos posteriores para aumentar la exaltación del grupo, incluyen instrucciones dadas al grupo como un todo, en vez de impartirlas individualmente y, en vez de personalizar el ambiente virtual, se sugiere que el ambiente sea ´colectivizado`, reflejando la identidad del grupo y no simplemente a los individuos que lo conforman (ver Lea y colaboradores, 2000). Incluso, se sugiere que en vez de prescribir roles para los miembros del grupo así como procedimientos restrictivos para el mismo, debería permitirse al grupo, el poder manejarse por sí mismo, para dejar que la identidad compartida del grupo, emerja y se desarrolle. De este modo, los miembros del grupo sentirán que hay mucho más en juego, se identificarán más probablemente con este grupo y también sentirán un mayor sentido de presencia social. Además, el comportamiento se da desde la identificación con un grupo, en vez de con roles prescritos.
4. Estudios de Caso
Dos estudios de caso, o pruebas de campo de este enfoque SIDE, en cuanto a la presencia social, fueron llevados a cabo con la colaboración de estudiantes de pre-grado de la Universidad de Manchester y la Universidad de Ámsterdam. Los estudiantes participaron en el trabajo colaborativo, como parte de un curso enlazado entre las dos instituciones, que se comunicaba a través de un ambiente de conferencias con base en la ¨red”, el cual contenía mesas de discusión y salas de conversación virtuales ("chat"). Cada grupo colaborativo consistía de cuatro o cinco estudiantes, sacados de ambas instituciones, los cuales interactuaron en un período de 5 semanas, para producir un reporte grupal, sobre un tema específico de investigación, escogido por el grupo. En el primer estudio de campo, 45 estudiantes participaron y en el segundo, 43. Había un total de 10 grupos, en cada segmento. Cada semana, los miembros del grupo participaban en una sesión de conferencia, compulsoria, sincronizada, de 1 hora, con su grupo. Por fuera de este tiempo, estos eran libres de organizar sus comunicaciones, como creyesen conveniente. Durante la sesión inicial, en que los miembros se conocieron, y tuvieron que decidir sobre qué tema iban a realizar el reporte, se comunicaron anónimamente. Adicionalmente, a través del período colaborativo, el grupo desempeñó una cantidad de tareas, diseñadas para aumentar posteriormente la exaltación de sus grupos, incluyendo una fase de comparación, durante la tercera semana, en que los grupos tenían que comparar su trabajo y progreso, con el de otro grupo trabajando en un tema similar. Al ambiente virtual de cada grupo, se le dio una apariencia distinta (un color distinto, que correspondía al nombre del grupo), el cual subsecuentemente fue ´colectivizado` por el grupo, durante sus colaboraciones. En todo momento, los esfuerzos se concentraban en el aumento de la identidad social compartida del grupo, y no de los lazos interpersonales entre los miembros del grupo. Además, el enfoque SIDE sugiere que la presencia social sería equivalente a esta identidad social compartida, o sentido de pertenencia hacia el grupo, e informaría el comportamiento grupal subsiguiente.
4.1 Evaluación
4.1.1 Método. La evaluación de las pruebas de campo se realizó por medio de cuestionarios web, completados antes del inicio de la colaboración, (Semana 0) y luego cada semana, al final de la sesión compulsoria de charla grupal, La composición de los cuestionarios, variaba entre las pruebas de campo y contenía una mezcla de elementos nuevos y otros repetidos , en escalas de Likert de 9 puntos, las cuales habían sido validadas en estudios de laboratorio previos (ej. Lea y colaboradores 2001, Rogers 2002). Se formaron entonces, escalas confiables y válidas, utilizando análisis de confiabilidad. La calidad del producto grupal, se medía por un único valor porcentual, para el reporte final de cada grupo. Aunque no es posible una revisión comprehensiva de los datos en este caso, el análisis de datos a continuación, resume los niveles de presencia social y sus efectos en las percepciones y comportamiento grupal subsiguiente. Esto se realizó, calculando los coeficientes de correlación parcial entre variables, controladas para la membresía de grupos específicos. Además de los datos del cuestionario, en la prueba de campo dos, los participantes debían producir también, un reporte de ´evaluación personal`, al final de las colaboraciones, describiendo su experiencia.
4.2.1 Resultados. Dadas las discusiones mencionadas anteriormente, la presencia social se puede cuantificar, como el sentido de pertenencia hacia o la identificación con, la identidad social sobresaliente. En el caso de los grupos de colaboración distribuidos, la identidad social sobresaliente fue entonces medida a nivel del grupo colaborativo. La tabla 1 ilustra los medios de presencia social para cada semana y para cada prueba de campo2. Se puede ver, que la presencia social aumentó a través del tiempo, en cada prueba de campo y qué, importantemente, aumentó significativamente, después de la reunión anónima inicial, durante la primera semana.
Incluso, se puede ver que la presencia social en la cuarta semana, tal y como fue predicho, fue afectada por la comparación intergrupal en la tercera semana. En la prueba de campo uno, hubo una correlación, entre el grupo de comparación, siendo percibido como mejor que el propio grupo, y la presencia social en la cuarta semana (r = - 0.43, p ˂ 0.01). En la prueba de campo dos, hubo una correlación entre el propio grupo, siendo percibido como mejor que el grupo de comparación y la presencia social (r = - 0.41, p ˂ 0.01). Entonces, si la comparación intergrupal era positiva, la presencia social o identificación grupal de cada uno tendía a aumentar, mientras que, si la comparación iba en detrimento, entonces la presencia social tendía a disminuir.
Considerando estas construcciones, medidas únicamente en la prueba de campo uno, la presencia social estaba relacionada con la cohesión del grupo, durante cada semana en que se realizaba la medición; ej. Primera semana (r = - 0.72, p ˂ 0.01), segunda semana (r = - 0.68, p ˂ 0.01), y cuarta semana (r = - 0.79, p ˂ 0.01). La presencia social también estaba correlacionada con la percepción de que el grupo contenía miembros grupales foto-típicos, o buenos jugadores en equipo, en la segunda semana (r = - 0.54, p ˂ 0.01) y en la cuarta semana (r = - 0.80, p ˂ 0.01). Además, la calificación dada a reporte grupal, estaba correlacionada con esta percepción de que el grupo consistía en jugadores de un equipo, en la segunda semana (r = - 0.32, p ˂ 0.05) y, en la cuarta semana (r = - 0.31, p ˂ 0.05). De igual manera, el proceso longitudinal, por el cual la presencia social, o identificación grupal, influyó en la cohesión y desarrollo de los jugadores del equipo, dentro del grupo, y que subsecuentemente tuvo un efecto positivo en la calidad de los resultados del grupo (tal y como fue medido por la calificación del grupo), fue modelado y confirmado, utilizando el análisis de los diagramas de flujo LISREL (Rogers 2002). La identidad social compartía sobresalió, a través de un período colaborativo, lo cual, tuvo un impacto significativo en el funcionamiento y comportamiento del grupo.
Las evaluaciones personales de la prueba de campo dos, revelaron que la identificación con el grupo (presencia social), fue sobresaliente y a su vez fuerte para los grupos en colaboración. Por ejemplo, un participante comentó que: ´la primera vez que nos conocimos, éramos cuatro individuos, más siento que nos desarrollamos hacia una unidad, trabajando no sólo con cada uno, sino también para cada uno`. Otro estudiante resaltó que ´…. la identidad del grupo era aún fuerte, con sesiones de conversación disgresivas, hacia cantos de “¡Azul por siempre!” (Azul era el color y nombre seleccionado para el grupo). Similarmente, el grupo Rosa, que consistía únicamente de mujeres, se refería a sí mismo como “Las Chicas Rosa”. Durante una sesión final, en la que miembros del grupo de ambos países llevaba a cabo una presentación de “Power-Point” a sus grupos; por medio de un enlace de videoconferencia, todas se programaron para vestir de rosa. Estos ejemplos demuestran que, a través del énfasis de una identidad compartida (grupo), ésta misma conferirá tanto cohesión, como sentido de presencia social; lo cual resultará en una poderosa motivación. Esto se demuestra posteriormente por medio de las correlaciones entre la presencia social y los postulados del ambiente colaborativo, en la segunda semana (r = - 0.34, p ˂ 0.05), cuarta semana (r = - 0.34, p ˂ 0.05), y quinta semana (r = - 0.33, p ˂ 0.05), indicando que entre mayor sea la presencia social, mayor será la motivación para participar. Esto también se investigó a través de diagramas de flujo LISREL, para modelar el efecto de la identificación del grupo, o la presencia social existente en la pereza social dentro del grupo, o mejor dicho, la percepción de que algunos de los miembros del grupo realizaban mucho menos trabajo que otros (Rogers 2002). El modelo apoyaba la proposición, de que el sentido de pertenencia hacia el grupo, reducía los sucesos subsiguientes de pereza social. Sin embargo, en las situaciones en que ocurría pereza social, se encontraba un efecto de detrimento en la calidad del producto del grupo y entonces, nuevamente se demostraba que la presencia social sentida por los miembros del grupo, como resultado de la identidad compartida del grupo, tenía un efecto significativo en el comportamiento y desempeño del mismo.
5. Discusión
Los dos estudios de caso, discutidos hace un momento, ofrecen apoyo al enfoque SIDE; en cuanto a la presencia en ambientes grupales distribuidos. La presencia social fue permitida por medio del énfasis en la identidad social compartida, a nivel de grupo colaborativo, en vez de la creación de lazos interpersonales entre los miembros individuales del grupo. De esta forma, la necesidad de maximizar el número de herramientas visuales, para crear un sentido de presencia física, fue desvirtuada. En sí, la disponibilidad de herramientas tendientes a lo interpersonal, puede servir para debilitar la exaltación del grupo colaborativo, por lo que se mantuvieron a su mínima expresión; por lo menos en las etapas iniciales de la interacción del grupo. Las otras tantas intervenciones de tareas y diseño, fueron consideradas satisfactorias para aumentar y mantener la concentración en el grupo colaborativo. En particular, se demostró que la comparación intergrupal tuvo un efecto significativo, en mediciones posteriores de la presencia social. Los sentimientos de presencia social, no sólo se mantuvieron, durante las colaboraciones grupales en los estudios de caso anteriores; sino que adicionalmente, el nivel de presencia social tuvo impactos significativos en el comportamiento subsiguiente del grupo. En la prueba de campo uno, la presencia social aumentó la cohesión del grupo y también, la percepción de que el grupo estaba formado por miembros, quienes representaban “buenos jugadores” ej. Todos estaban trabajando juntos para el bien del grupo. Finalmente, esto resultó en una mejoría del desempeño del grupo, como se indicó con la calificación recibida en los reportes grupales. Esto apoya la hipótesis de congruencia (Haslam 2001), la cual afirma que los miembros de un grupo, deben encontrarse motivados para trabajar por su grupo, en medida en que su identidad sobresaliente, sea congruente con la identidad del grupo. Similarmente, en la prueba de campo dos, la presencia social estaba asociada con el aumento de postulados en la mesa de discusión grupal y una disminución en la percepción de pereza social dentro del grupo. Sin embargo, cabe resaltar que para que la presencia social resulte, en tales motivaciones positivas en un grupo, las normas del grupo deben estar encaminadas a resultados positivos. El aumento en la presencia social, basado en una identidad social compartida (grupo), adherirá a sus miembros, a normas asociadas con la identidad del grupo. Si estas normas van en detrimento al desempeño del grupo, cualquiera que sea la razón, entonces son improbables los resultados positivos. Por ejemplo, si se desarrollan normas de pereza, o trabajo acelerado dentro del grupo, entonces la calidad de los resultados del grupo, se verá afectada muy probablemente. Además de asegurar una identidad social compartida y presencia social en grupos distribuidos, entonces también se hace necesario asegurarse de desarrollar normas apropiadas. Crucialmente, sin embargo; la motivación para la adherencia a las normas del grupo se da a través de sentimientos de presencia social, que son independientes de la presencia física.
Las implicaciones de este enfoque SIDE en cuanto a la presencia social son variadas. Es importante reconocer que para crear grupos distribuidos, con cohesión y productividad, no es necesario utilizar soluciones tecnológicas sofisticadas, que busquen emular las interacciones cara a cara. Como se ha demostrado, soluciones de relativamente baja tecnología, ej. Aplicaciones de comunicación sincrónica o asincrónica con base en texto, pueden motivar lazos grupales fuertes, los cuales se basan en el sentimiento de identidad social compartida. En sí, este enfoque puede explicar las observaciones frecuentemente impredecibles, en las cuales, el uso de ambientes mediados por computadora, tales como las MUD (Dimensiones de Usuarios Múltiples) y MOO (Dimensiones de Usuarios Múltiples, Orientadas a Objetos), pueden cultivar comunidades fuertes de usuarios, que reportan altos grados de presencia (ej. Mantovani y Castelnuovo 2003). Además, la identidad social sobresaliente de grupos distribuidos, tendrá consecuencias similares (ej. producción estimulante de significado compartido) hacia las ´bases comunes` que Cottone y Mantovani (2003) consideran de gran importancia. Sin embargo, mientras que las ´bases comunes` discutidas por Cottone y Mantovani se basan en los lazos interpersonales y conocimiento previo del grupo; el concepto equivalente desde un enfoque SIDE, es la identidad compartida del grupo y sus normas asociadas. La naturaleza contextual del grupo social, es entonces de central importancia. Una implicación posterior, más pragmática, es que los límites impuestos por un enfoque tradicional, que concierne al tamaño del grupo, ya no aplica. Si es necesario que existan lazos interpersonales para que un grupo sea cohesivo, entonces, cada miembro adicional del grupo causará que la cohesión sea más difícil de alcanzar. Sin embargo, si el grupo se basa en una identidad social compartida, la adhesión a la que es dependiente en la representación cognitiva, y exaltación del miembro individual del grupo, no se verá afectada por un aumento en el número de miembros en el grupo (Lea y Giordano 1997). Nuevamente, esto puede contribuir a explicar, como grandes comunidades de usuarios pueden reportar altos grados de presencia, cuando se comunican a través de ambientes basados en texto.
A pesar de los argumentos puestos sobre la mesa anteriormente, el enfoque SIDE de la presencia en grupos distribuidos, no predice que la presencia social, basada en la identidad social compartida siempre sea beneficiosa y deseable. Los grupos discutidos en este documento, consistían de pares, quienes tenían flexibilidad en la distribución de sus roles dentro del grupo y en los cuales, el objetivo común estaba improbablemente en conflicto con los objetivos individuales. El énfasis en la identidad social compartida fue entonces honesto y apropiado. En situaciones en que los grupos constan de miembros con, por ejemplo, distintos roles, posiciones de estatus, u objetivos individuales, que pudiesen entrar en conflicto con la visión general del grupo, causarán que un énfasis en la identidad social compartida, resulte ser más problemático. Esto no quiere decir que no pueda ser deseable encontrar y enfatizar una identidad social superordinada, que pueda superar estas diferencias y enfocar a los miembros del grupo, en la visión del grupo. En sí, de acuerdo con el enfoque SIDE, esto sería mucho más fácil en el medio computarizado que en las situaciones de interacción cara a cara. Sin embargo, puede que sea necesario en algunas ocasiones y circunstancias, maximizar las herramientas interpersonales entre los miembros del grupo distribuido, para entonces adentrarse en el uso de soluciones altamente tecnológicas, tales como los ambientes de realidad virtual. Como se explica en la hipótesis de la congruencia, la identidad grupal y la identidad sobresaliente deben ser congruentes, para que la motivación del grupo resulte. Si el propósito general del grupo varia, para sus distintos miembros, ej. Cuando los objetivos personales sobresalen, entonces la hipótesis de la congruencia predice que las identidades personales deberían sobresalir. En este caso, serían relevantes los procesos interpersonales, en vez de los intergrupales y las tecnologías con miras a lo interpersonal, serían las apropiadas. También pueden existir situaciones contextuales específicas y tareas, que requieran un mayor grado de presencia física, en vez de social.
En resumen, la re-conceptualización del grupo, como una entidad basada en la identidad social compartida, en vez de sus lazos interpersonales, permite que la presencia social y física se encuentre conceptualmente separada. Una identidad social sobresaliente, puede conseguirse a través del uso de intervenciones en el diseño y tareas, y en el uso de ambientes basados en texto, mediados por computadora, relativamente simples. Además, el uso de tecnologías más complejas, que ofrecen herramientas tendientes a lo interpersonal pueden de hecho, ir en detrimento de la identidad social compartida. Dicha identidad social compartida, es la base de la presencia social. Por tanto, los grupos distribuidos, pueden mostrar altos grados de presencia social sin su correspondiente presencia física. Además, en condiciones en que el grupo sea altamente sobresaliente, se sugiere que la motivación para el comportamiento basado grupalmente sea de presencia social, en vez de presencia física.
Notas
1. Los principios y presunciones de estas dos teorías, son conocidas colectivamente como el enfoque de la identidad social (Haslam 2001).
2. Las mediciones de identificación social no fueron tomadas durante la tercera semana.
Reconocimientos
El apoyo financiero para este documento, fue proporcionado por el fondo para proyectos de la EPSRC (Programa de Aplicaciones Multimedia y de Red, GR/M25933).
More
Less
Experience
Years of experience: 15. Registered at ProZ.com: Feb 2015.
I'm originally from Colombia, Latin America. My native language is Spanish but I started studying English at the age of 17, in High School. I liked the language so much that I decided to start a career on languages education, teaching ESL (English as a second language) to children and teenagers.
However, I started building my translation experience while I was studying.
I had the chance to translate several contracts of services rendered and some other informal documents from friends studying different fields, who needed documents to be translated from time to time. I also had the opportunity to work for a prestigious company (TATA Consultancy Services LATAM) as a Simultaneous Translator in 2009, where I worked for some months, until the client left Bogota, Colombia to return to his homeland, India.
Afterwards, I worked as a freelancer translator for an Aviation Company in Colombia, (Sicher Helicopters S.A.). My job consisted in translating a technical manual, which helped the company get its airworthiness certificate before the FAA (Federal American Aviation).
Moving forward in time, I also got the opportunity to act as a Translator/QA Tester/Support Agent, at the Software Company, ControlBox Corp. in 2011, where I had the chance to learn a lot about Software Development terminology, shipping, and money wiring as well. This was due that the software offered by the company was all about cargo shipping and money transfer. My duties consisted on testing the web application to then show developments requested by the software clients all over the world, through online meetings, attending troubleshooting calls from clients, (not very regularly) and translating development requirements sent by clients from English to Spanish, as software developers were all Spanish speakers).
While working there, I found a job offer to work overseas in the UAE (United Arab Emirates) as an English-Spanish, Spanish-English translator and interpreter for a security-related project. My job there was all about translating documents from English to Spanish and vice-verse (depending on their final destination). I also performed consecutive translation during all kind of training activities and conferences lectured by English speakers from all 5 continents to Spanish speaking attendants. I worked there for three and a half years, from August 2012 to November 2015. Then, I decided it was time to leave and so, returned to Colombia.
Back there, I worked for a US cycling wear manufacturing company with their textile factory in Bogota (Scudo Sportswear LLC). My job was to translate sublimation design requests from customers all over the world to Spanish speaking graphic designers, who then gave form to those based on the customer's description. I was also in charge of the phone sometimes, while most of the job was done via email with both customers and designers, until final approval to print and produce was given. I was also in charge of coordinating shipments using a FedEx powered system to generate shipment labels going everywhere in the United States of America. That job lasted almost a year, from April 2016 to February 2017.
Simultaneously, I got a job as a Test-Site Auditor for a Learning Auditing Company in Canada. I had to audit the way online TOEFL exams were conducted in some test-sites located in Bogotá, Colombia to check if standards set by them were being met accordingly.
Keywords: English-Spanish Translations, any field, reliable, fast, delivery on time